sábado, 14 de mayo de 2016

17. La determinación de la bondad (Segunda parte).

Nota: Segunda parte del décimo séptimo capítulo del relato, para ir al primer capítulo pulse aquí:  Capítulo 1


Para ir a la primera parte del décimo séptimo capítulo pulse aquí:  Primera parte

Sus palabras calaron en mí como un frío invernal, seco y perenne, que te congela hasta el alma. Conocía la naturaleza de Jack, y sus argucias a la hora de actuar ante el contrario, pero no entendía por qué había escogido ese tema para salir del paso en este instante. Aunque eso importaba bien poco. Sabía que sus palabras eran totalmente ilógicas ante la férrea confianza que depositaba en mis compañeros, por lo que mientras buscaba su herida principal me atreví a contestarle con tal misiva. -“Jack, no creas ni por un momento que no he advertido lo que pretendes hacer. Tus argucias son tan poco disimuladas que hasta un niño podría darse cuenta de lo que tramas así que puedes ahorrártelo. No tendré en cuenta ni una sola de tus palabras respecto a ese tema. Tenlo muy en cuenta”-

En cuanto aclaré el asunto me dispuse a comenzar la tarea de curación creyendo que dicho tema había quedado finalizado pero no fue así, al parecer Jack no parecía dispuesto a dejarlo correr, por lo que contestó a mis palabras con su natural socarronería, mientras se atisbaba en su voz un atisbo de dolor que venía dado en cierta manera por mis torpes cuidados a la hora de tratar sus heridas, aunque gratamente, no se dignó a exponerme sus quejas. Dejó que siguiera haciendo mis curas mientras él detallaba su punto inicial. - “¿Así que no vas a creer ninguna de mis palabras, pirado? Muy bien, entonces, si tan convencido estás de la inocencia de tus queridos amigos podrás contestarme a esta pregunta sin ningún problema aparente. Si todos los que están descansando en esta casa en estos momentos son inocentes, entonces ¿por qué sabíamos de antemano todos vuestros planes antes incluso de que aparecierais por la puerta? No es que yo vaya paseándome en plena noche por esa sala llena de suciedad por gusto propio te lo puedo asegurar”- Jack frenó su explicación lo suficiente para mirarme directamente mientras buscaba entre sus ropas la herida más molesta que Jason le había proporcionado, y siguió procediendo su exposición por una línea completamente diferente - “Con estas cuerdas atadas a mi cuerpo no vas a encontrar nada. Fíjate como la herida supura a través de ellas, o me las quitas o no podrás curarme”- Con una sonrisa de suficiencia marcada por un increíble cansancio que intentaba disimular a toda costa, me retaba a ver hasta dónde podía llegar ante la perspectiva de salvarle la vida a riesgo de que algo saliese mal, por lo que ignorando su desafío, procuré analizar la situación de la manera más objetiva posible. - “Bueno, creo que si te aflojo esta correa que tienes alrededor de la cintura podría tener el espacio suficiente para coserte la herida sin darte la oportunidad de desligarte de tu prisión en el camino”-. Dicho giré mi cuerpo hacia su espalda para analizar el fuerte nudo que Jason había creado para cerrar la atadura, y lo aflojé lo suficiente para que la herida quedase expuesta, y pudiese maniobrar con suficiencia en su curación, mientras a su vez, exponía un punto que llevaba toda la noche rondándome la cabeza. - “La verdad es que ignoro por completo el cómo os disteis cuenta de nuestras intenciones. Es cierto, que estabais preparados para la acción, pero si no recuerdo mal, todo fue después de estar en el recinto, por lo que creo fielmente que teníais la sospecha de que iríamos por ser la noche señalada que era, y al oírnos fuisteis a por nosotros raudos por esos infinitos pasadizos que tiene ese lugar. De lo que dudo sin embargo, es de tu lealtad a los testaferros. Hoy te he visto traicionarlos sin dudarlo ni un segundo, por lo que me pregunto sinceramente si no tendrás remordimientos acerca de tus actos al haberte encontrado cara a cara con tu hermano, o algo por el estilo”-.

En cuanto acabé de hablar me preparé para alguno de sus improperios o algo peor. Sabía que el carácter de ese hombre, junto con mi impertinencia al preguntar cosas tan intimas, hacía el explosivo emocional más potente que existía, pero también debía arriesgarme a exponer este tipo de comentarios si quería encontrar las respuestas de lo que estaba sucediendo en este lugar. Pudiera ser que Jack estuviese desencaminado, y solo necesitase nuestra ayuda. Aunque por su actuación posterior no parecía tal cosa, ya que en cuanto escuchó mis palabras Jack rio para sí y me expuso su punto de vista de una manera tan clara y sencilla, que me sorprendió verla aflorar en su carácter taciturno. - “¡¿¡De verdad crees que me he ablandado por ver a ese cretino!?! Por favor, creía que nuestra animadversión mutua era conocida por todos. Aunque en realidad no sé de qué me sorprendo si nunca has sido muy espabilado”- Se reclinó en su asiento en la justa medida para lo que suponía que era un intento de darme más alcance a su herida, y continuó hablando sin demora. - “Si paré el ataque de la bestia hacia Cameron fue por la misma razón por la que hago todo esto. Para destruir a esas dichosas criaturas. Como seguramente te habrá contado ya mi hermanito, nuestros padres perdieron la vida a manos de esas bestias en una noche de luna llena, mientras nosotros lo escuchábamos todo escondidos en un baúl donde nos habían depositado previamente para salvarnos de su ataque. Estuvimos horas respirando a duras penas a través de una rendija abierta mientras el ruido de dientes, chillidos, y arañazos, pululaban a nuestro al rededor en una pesadilla que parecía no tener fin. Recuerdo como si fuera hoy que nuestros sollozos eran tan fuertes que llegaron a atraer a las bestias a nuestra zona, por lo que tuvimos que taparnos la boca con las manos con un esfuerzo exagerado, dado el drama que estábamos viviendo, para intentar despistarlas con nuestro silencio. Permanecimos en esa posición durante horas, no nos atrevíamos a mover ni un músculo por miedo que destrozasen el baúl en nuestra búsqueda, por lo que para cuando tus queridos padres quisieron sacarnos de allí, ya había amanecido, y nos encontrábamos semi inconscientes debido a la falta de oxígeno, y al terrible shock en el que nos encontrábamos. Jamás podré olvidar la visión de estancia derruida y llena de sangre que nos encontramos al ser liberados por tus amigos. Fue algo que marcó mi alma como un hierro incandescente en el deseo de destruir a todos aquellos bichos de por vida. Por eso, desde ese momento juré acabar con esos demonios aunque me costase la vida. Al principio pensaba que podría lograrlo al lado de tus padres y del resto de tarados de su grupo, cuando nos acogieron, pero pronto descubrí que eran una panda de inútiles que estaban más ocupados en confraternizar entre ellos que en hacer nada por el pueblo. Exactamente igual que vosotros en estos momentos. Por eso cuando murieron tus padres me vi libre de irme con los testaferros para hacer algo de provecho, siguiendo los designios de tu madre. Ella era la única que tenía algo de sensatez entre tanto imbécil suelto. Sabía cómo tratar a cada uno por como lo necesitase, y nunca intentó arrebatarme mis ideas cuando le explicaba mis planes como si hacían tu padre y mi hermano en más de una ocasión. Ella siempre me decía que siguiera lo que realmente sintiera en mi interior, y por eso desde entonces vivo sin remordimiento alguno siguiendo mi propio propósito posicionándome en el bando que mejores medios me proporciona para tal. Dime Tomek, ¿tu podrías decir lo mismo? ¿Te sientes totalmente libre de culpa desde que estás aquí?  Porque si no es así me parece que el que está fallando en su designio eres tú, no yo”-.

Esperó a que contestase mientras volvía a revolverse en su asiento, pero no encontraba palabras que expusieran la estupefacción que sentía en ese momento. Era increíble como ese hombre tan frío como el acero había encomendado toda su vida al mismo fin que yo hace unos meses, y había tenido la suficiente fuerza y tenacidad para llevarlo a cabo, abandonando incluso la cercanía con su propio hermano gemelo. Me dispuse a intentar explicarle mi empatía respecto a su historia pero entonces, en el momento en que dejaba la sutura de su herida para poder expresarle mis condolencias cara a cara, sentí como comenzaba a retorcerse en su aprisionado asiento con fuerza, por lo que mis advertencias fueron lo primero que llegó a sus oídos en esa noche gélida que nos abrazaba con sus garras heladas. - “Jack, sé que te he estado haciendo daño pero por favor deja de moverte, o tu herida se abrirá y lo lamentarás.”- Intenté serenarle con mis palabras haciendo parecer que sabía lo que me hacía como doctor improvisado, pero dicho esfuerzo no fue suficiente ya que sin parar sus movimientos en ningún momento, me contestó entre dientes - “No pirado, el único que va a lamentar algo aquí serás tú”- y sin yo si quiera esperármelo, deslizó su brazo derecho de sus ataduras ahora aflojadas por el movimiento, y me lanzó un puñetazo que me noqueó con tal fuerza en la sien, que me quedé sumido en la inconsciencia casi en el acto, haciendo que el sentimiento de culpabilidad respecto a mis actos floreciera en mi interior mientras la negrura del sueño se abría camino entre mis más básicos sentidos, dejándome tumbado en el frío suelo del sótano hasta bien entrada la mañana.


No fue hasta que unos brazos zarandearon mi cuerpo que recuperé la consciencia abrumado por el intenso dolor de cabeza que me aquejaba. - “Tomek, vamos Tomek despierta, ¿qué demonios ha ocurrido? ¿Dónde está Jack?”- Entrecerrando los ojos a causa de la molesta claridad que se filtraba por la puerta abierta del piso superior, fijé mi visión en Peep que estaba arrodillado delante de mí sujetándome por los hombros mientras yo intentaba incorporarme a duras penas mientras le respondía. - “Creo que se ha escapado por mi culpa. Lo siento.”- No hizo falta decir más, con un profundo suspiro, Peep me ayudó a incorporarme, y con un escueto. - “No te preocupes, ya me lo imaginaba”- Me llevó hasta la cocina, donde Magda estaba intentando calmar la furia de Jason que atronaba toda la estancia. - “¡No está ni si quiera por las lindes del bosque! ¡He recorrido todo el camino de vuelta y no he encontrado ni un solo rastro de él! ¡¿¡Cómo demonios lo ha hecho!?!. ¡¿¡Y a ti que te ocurre, maldita sea!?! ¿No te había dicho que no te acercaras a él? ¡Hemos perdido la oportunidad de nuestras vidas! Y lo que es peor, ¡podría habernos matado a todos imbécil!”-. Jason estaba hecho una furia, y lo peor es que no le faltaba razón para estarlo. Había dejado que un enemigo se escapase de nuestra captura en plena noche mientras mis amigos descansaban plácidamente. Aun no podía creer que estuviésemos todos de una pieza ante tal desastre, por lo que me apresuré a contestar. - “Lo siento, lo siento de veras. Ni por un momento creí que esto iba a pasar. Yo solo quería tener un poco de compasión con el herido. Jamás me perdonaré lo que he hecho, de veras que lo siento. ¿Estáis todos bien?”-. Observé sus caras de preocupación centrándose en mi persona, y dándome el asentimiento cada uno de que no estaban heridos por la causa. Fue Magda la única que aparte de confirmarlo, dio parte del estado de salud de la única persona que no se encontraba con nosotros en la sala. - “Todos estamos bien, Tomek. No te preocupes. Hemos perdido una oportunidad de oro pero lo importante es que no hemos lamentado daños mayores. Al menos los que estamos aquí presentes. He pasado toda la noche cuidando del chico, pero no veo demasiadas expectativas de que sobreviva a esas heridas. Es una pena, una verdadera pena. Me cambiaría por él sin dudarlo un segundo, mi pobre muchacho, lo que debe estar sufriendo”-. A Magda se la veía increíblemente afligida por el asunto, y no era para menos, Cameron nos había estado ayudando incondicionalmente desde mi entrada en este lugar, arriesgando con ello su vida en innumerables ocasiones, si alguien era quien menos se merecía este final era él, por lo que no dude en decir - “¿Está tan grave? ¿No hay absolutamente nada que podamos hacer? Si necesita ayuda profesional puedo volver al sanatorio. Estoy seguro que si logro capturar a Hyter lograría salvarlo a costa de su liberación.”-. Los planes brotaban sin cesar de mi imaginación, sin tener en cuenta si quiera los riesgos y el ratio de fracaso que pudiera conllevar tal locura. Estaba totalmente dispuesto a intentarlo si con ello salvaba la vida de mi amigo, pero parece ser que el resto del grupo no lo veía conveniente, ya que Peep se apresuró a decir. - “No digas insensateces Tomek, estás malherido y estoy convencido que después de nuestro asalto han reforzado la seguridad hasta el máximo posible. No creo que fueras capaz de pillar a Hyter por sorpresa ni en diez vidas después de esto”-.  Sabía que Peep tenía razón, pero me negaba a aceptar la realidad del chico, por lo que repliqué con un tono de voz más elevado de lo común a mi amigo el cual solo intentaba aplicar un poco de cordura a mis palabras. - “¡Pues algo habrá que hacer! ¡No vamos a abandonarle a su suerte solo porque es algo probable que el plan salga mal!”-. La impotencia comenzó a crecer en mi interior cuando observé que Peep negaba con la cabeza ante mi proposición, pero antes si quiera que pudiese replicarle, Jason alzó la voz para dejar el asunto finiquitado. - “Tomek lo que estás diciendo es una locura sin sentido. Relájate hombre. No le estamos abandonando en el bosque ni nada por el estilo, simplemente estamos haciendo todo lo que podemos respecto a su salud, que no es poco. ¿Te crees que incluso si el plan saliese bien, y trajésemos a Hyter hasta aquí iba a acceder a curarle por librarse de nosotros? Espabila Tomek, esa gente tiene comida la cabeza. Morirían antes de ayudar a uno de los nuestros. ¿Acaso crees que até a Jack a la silla por diversión? Podía haberlo dejado ahí tirado y cerrar el sótano con llave hasta el día siguiente, pero sabía que si realizaba esa acción encontraría la manera de matarse antes de que le sonsacásemos algo. Ellos son así Tomek, y hay que tenerlo en cuenta a la hora de actuar contra ellos porque si no pueden pasar cosas como la que ha pasado esta noche.”-. Sabía que las intenciones de Jason respecto a la exposición de los hechos sucedidos en la pasada noche había sido sin intención dañina alguna, pero en lo más profundo de mí ser, la culpabilidad por haberlos decepcionado iba en aumento con cada palabra por lo que me apresuré a responder. - “Tienes razón, Jason. El que esté con nosotros es lo más importante. Sé que ninguno de vosotros dejará de hacer todo lo que esté en su mano para salvarle. Solo quería aportar algo para ayudarle. Yo soy así, no puedo remediarlo. Con respecto a la otra noche me pasó exactamente lo mismo. Sé que no me habéis pedido explicaciones de ningún tipo, pero quiero que sepáis que lo hice con la mejor de las intenciones. Ver a alguien tan enfermo, y que ha pasado por tanto, y no ayudarle no puede concebirse en mi moralidad. Si llego a saber que solo intentaba distraerme con sus palabras jamás le hubiese ayudado en tanta medida. Lo siento mucho”-.

Jamás creí que después de exponer tales palabras me sentiría tan aliviado como me encontraba ahora al ver que mis amigos reaccionaban tan positivamente a mi explicación. Nadie me reprochó ni una sola de mis acciones, tan solo me perdonaron en el trascurrir de la historia, y todo quedó zanjado, a excepción de Peep que como era de esperar, quería enterarse de todos los detalles de mi encuentro con nuestro secuestrado. - “No te preocupes más por ello Tomek, lo importante es que todos aún seguimos con vida, y no hemos lamentado daños mayores por el escapismo de Jack. Por cierto, ¿qué fue lo que te dijo ese tipo para que confiases tanto en él? Porque has de reconocerme que no es que tenga un carácter muy afable como para ponerse a pasar el rato con él de primeras”-.

Tenía razón. Ahora que lo veía todo en perspectiva había sido un inocente al pensar que Jack me estaba abriendo su corazón, aunque en su momento me pareció todo tan verdad que aún me costaba asimilar lo tonto que había sido en confiar así en una persona que tantas veces había intentado matarme. Aunque en realidad, esta vez había tenido la mejor oportunidad para quitarme de delante, y no lo había hecho. Por lo que creí que a lo mejor no todo era como imaginaba. Algo se me estaba escapando en el conjunto de este asunto, pero aun no podía atisbar que era.


Peep comenzó a impacientarse ante mis balbuceos dubitativos por lo que opté por ser neutral respecto a mi punto de vista, y comencé a relatar cómo había sido nuestra noche con pelos y señales, omitiendo el hecho de sus constantes chantajes de hacerme creer que había un traidor en nuestra casa, ya que tenía por seguro que era una manera de engañarme para que le dejase en libertad. En cuanto acabé de relatar todo lo ocurrido, Jason claramente afligido como nunca antes lo había visto, fue el primero en exponer su opinión al asunto. - “Sé que ese hombre es un monstruo, pero nunca llegué a pensar que sería capaz de utilizar tan a la ligera la desgracia de nuestra familia para hacer que Tomek se confiase en su presencia. Jamás se lo perdonaré”- Magda, que también estaba atenta a la historia, se me adelanto al contestarle las siguientes palabras de ánimo a nuestro amigo afligido. - “No dejes que te afecte, Jason. Sé que es duro, pero tú sabes mejor que nadie como se las gasta ese innombrable para salirse con la suya. Tu eres mucho mejor persona que él, y eso es lo que realmente cuenta para nosotros.”- Jason, asintió con la cabeza afectuosamente ante sus palabras y entonces Magda se dirigió a mí para advertirme tan cuidadosamente como solamente ella lo hacía. - “Tomek, a estas alturas ya deberías saberlo. Jack es un hombre mezquino que utilizará todo lo que esté en su mano para salirse con la suya. Siempre ha sido así. Desde que era pequeño he visto ese eje de determinación en su carácter. Tu madre, que en paz descanse, creía que si le ayudaba a tratar su obsesión de venganza con cariño y paciencia, haría que Jack recapacitase y viera la verdad de este mundo. Pero ni con sus esfuerzos eso ocurrió. En el momento que tus padres murieron en el fatídico invierno en que las bestias los acorralaron, a Jack le faltaron minutos para irse al lado del padre de Cameron, y seguir el trabajo que realizaba tu madre para la orden cuando era nuestra espía. Así que si ella no pudo conseguir que se redimiese de sus pensamientos, tú no vas a lograrlo hagas lo que hagas. Tenlo por seguro”-. Magda llevaba razón. Aunque hubiera visto un atisbo de sinceridad en sus palabras solo estaba jugando conmigo. Ahora lo veía claro, y necesitaba expresárselo para que no se preocupase de que una acción similar volviese a pasar, pero entonces Peep, el cual había estado extrañamente callado durante todo el rato que estuvimos hablando, me lanzó una pregunta que haría que me replantease algunas cuestiones que daba por seguras. - “Tomek, ¿estás seguro de que no te ha comentado nada más?”- La cuestión me pilló totalmente por sorpresa, como a todos que nos giramos al unísono hacia su posición, con cara de no entender a qué se refería con sus palabras, por lo que se dispuso a aclarar el porqué de su pregunta. - “Lo digo porque ese chico es de lo más avispado. Seguramente, sepa cosas que nos desconcertarían totalmente.”-. Me quedé mudo sin saber qué decir de la impresión. Lo único que había omitido de nuestra charla había sido el hecho del intento de engaño que me había lanzado al principio de nuestra conversación. ¿Cómo podía saber Peep que me dejaba algo sin comentar? ¿A caso él también sospechaba de alguien, o se estaba refiriendo a otra cosa totalmente distinta? Fuera como fuese, no pensaba comentar tales palabras. Por mucho que me insistiese me parecía echar una brasa de incertidumbre a un grupo consolidado por la confianza mutua, por lo que seguí en mis trece y volví a repetir. - “No. Eso fue todo lo que me comentó mientras le curaba. No hizo mención a nada más, al menos estando yo consciente”-. Al escucharme Peep me aguantó la mirada por unos segundos en silencio antes de añadir. - “Esta bien, Tomek. Solo era para asegurarme”- y con ello zanjó la discusión dejándome a mi hecho un mar de dudas. No entendía para nada su misterioso comportamiento, pero ahora mismo no tenía tiempo para ello, necesitaba tratar un asunto que con todo lo ocurrido, había pasado a un segundo plano. Por lo que con un gesto de mano, volví a llamar la atención de mi amigo el cual ya se estaba yendo a por comida a la alacena, después de sus palabras. - “Espera, Peep. Quería preguntarte una cosa antes de ponernos a comer, ¿qué hay de los documentos? ¿Conseguiste recuperarlos? ¿Puedo verlos?”-. Peep se giró ante mi llamamiento, y con aun esa extraña mirada en los ojos que me intranquilizaba me contestó. - “Lo siento, Tomek. Conseguí algunos papeles antes de que Jack nos abordara, pero el tuyo no lo encontramos por ninguna parte. Lo debieron destruir en cuanto te fuiste. Una pena, sabía lo mucho que te interesaba este tema, pero no te preocupes que ya nos las arreglaremos para encontrar dicha información por otros medios, ¿de acuerdo?”- Y con dichas palabras de falsas esperanzas se fue a por la comida observado con extrañeza por mi, y sorprendentemente por Jason, el cual había clavado seriamente sus ojos en él, al fluir de sus palabras. Algo estaba ocurriendo, y debía averiguar que era si quería paliar la semilla de la duda que se había instalado en mi cabeza con sus palabras. Pero también sabía que este no era el momento para hacerlo. Ahora la prioridad era reponer fuerzas, y cuidar a nuestro amigo que se debatía entre la vida y la muerte, solo una planta por encima de la que nos encontrábamos nosotros.

Entre un extraño silencio nos alimentamos lo suficiente como para recobrar las energías en ese día posterior a la agotación sufrida con anterioridad. No había ni bromas, ni especulaciones, tan solo el silencio interrumpido por el plan a seguir a partir de ahora. Todos debíamos colaborar para intentar salvar a Cameron de sus heridas, por lo que nos turnaríamos para vigilarle durante las 24 horas del día para que estuviese atendido en todo momento. En primer lugar fue Jason quien lidió con su guardia hasta la tarde donde yo le relevé hasta entrada la noche. He de decir, que el chico no me dio quehacer ninguno dado su grave estado de salud, pero verle tan destrozado me encogía el corazón a cada latido que daba, por eso, cuando fui sustituido por Peep al caer la oscuridad, salí a las lindes del lugar para respirar aire fresco, y librarme un poco de ese peso opresor que se había agarrado a mi pecho desde que observé su cuerpo malherido instalado en la cama.

Caminé alrededor de la casa con paso lento, y un arma por si acaso alguien o algo se atrevía a acercarse al hogar, pero para mi sorpresa no se oía nada, ni un murmuro natural de la zona en la que nos encontrábamos. Este emplazamiento estaba mejor escondido de lo que creía en un principio. Si queríamos estar a salvo este parecía el lugar indicado. O eso creía en un principio, pues al dar uno de los rodeos a sus muros, me di cuenta de que entre la hiedra que se enmarañaba alrededor de la parte de mi ventana, sobresalía una especie de papel poco visible en la oscuridad, que ya perpetraba a esas horas de la noche. Al verlo, mi sorpresa fue mayúscula, y comencé a acercarme a su posición con una cautela preventiva, como si de un animal al acecho se tratase.


En cuanto estuve a su lado lo observé atentamente, y lo rescaté de sus lazos con cuidado de no rasgar su contenido en el intento. Era un sobre algo abultado que llevaba mi nombre, solo mi nombre. Ni si quiera mi apellido. Y allí en mitad de la noche donde ni las sombras podían encontrarme, abrí la misiva para descubrir que secretos me esperaban en su interior.
Continuará...
Siguiente capítulo

No hay comentarios:

Publicar un comentario